El archipiélago de las Azores constituye una región autónoma de la República Portuguesa situada en el centro del Océano Atlántico Norte. El archipiélago se compone de nueve islas volcánicas y varios islotes costeros y oceánicos, que suman una superficie emergida de aproximadamente 2.344 km2, con una línea de costa de unos 1 020 km.
El archipiélago constituye el punto más occidental de Europa y el grupo de islas más aislado del Atlántico Norte, a unos 1.949 km de la costa oriental de América del Norte y a 1 380 km de la costa occidental de Portugal continental. El archipiélago de las Azores está orientado en dirección noroeste-sudeste, en consonancia con los principales rasgos tectónicos que influyen en la geodinámica de la región, y se extiende a lo largo de unos 600 km.
Las nueve islas se organizan en tres grupos según su proximidad geográfica: el Grupo Oriental (islas de Santa María y San Miguel, incluidos los islotes de Formigas); el Grupo Central (islas de Terceira, Graciosa, San Jorge, Pico y Faial) y el Grupo Occidental (islas de Flores y Corvo).
El fondo marino que rodea las islas se caracteriza por una topografía rica y diversa que comprende las laderas de las islas, numerosos montes submarinos, zonas de fractura profunda, fosas, llanuras abisales y una extensión considerable de la Dorsal Mesoatlántica. Todo ello da lugar a una gran diversidad de hábitats costeros, oceánicos y de aguas profundas, que albergan una gran variedad de especies y sustentan variados ecosistemas, como fuentes hidrotermales, arrecifes, corales de aguas frías y agregaciones de esponjas.
El vasto espacio marítimo que rodea al archipiélago de las Azores, que corresponde a una superficie total de casi 1 millón de km2, alberga una multiplicidad de recursos naturales y se considera cada vez más un vector estratégico, donde la economía azul desempeña un papel importante en el desarrollo socioeconómico de la región. Además de los sectores marítimos más tradicionales, como la pesca, los puertos y la navegación, incluyendo el transporte marítimo de pasajeros y de mercancías, las actividades relacionadas con la investigación científica, así como el turismo costero y marítimo y el ocio, con ejemplos emblemáticos como el avistamiento de ballenas, el buceo y los deportes náuticos, también representan una parte considerable de la economía azul en las Azores.